jueves, 29 de marzo de 2007

29 de Marzo: Día del Joven Combatiente.



este texto, fue extraido de la organizacion del silencio, exelente zine, vale la pena leerlo.


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"Y así somos quienes somos... golpe a golpe y muerto a muerto"









De cuanto fue nos nutrimos, transformándonos crecemos y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto. ¡A la calle! que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo. No reniego de mi origen, pero digo que seremos mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo. ("La Marcha de los Estudiantes", Osvaldo "Gitano" Rodríguez)


Posiblemente este 29 de Marzo que se acerca, los medios de (des)información oficiales llenarán un cuarto de hora en sus noticieros centrales comentando los "incidentes" que "grupos de antisociales" desarrollarán en "puntos clave" de la capital en torno a la conmemoración del Día del Joven Combatiente... así, imágenes que casualmente se parecerán a las de los años anteriores desde Villa Francia, La Victoria, Lo Hermida, Macul con Grecia o la Usach, con jóvenes encapuchados y barricadas, llenarán el technicolor de las pantallas donde novatos y asustados reporteros repetirán el mismo discurso de cada año, preparado por sus jefes, donde palabras como "hechos delictuales", "hechos del pasado" y "cada año con menor efervescencia" serán recurrentes. Sin embargo, lo más probable es que el nombre de los Hermanos Vergara Toledo se escuche muy poco y menos aún qué hizo que este día se convirtiera en una conmemoración que, a pesar de los años, sigue repitiéndose casi sin merma...



Por eso, en este pequeño artículo buscaremos volver la vista atrás, encontrarnos con Eduardo y Rafael, y, sobre todo, abrir el debate de lo que significa hoy ser un "Joven Combatiente"...



1.- Una tarde de marzo
Eran mas de las 7 de la tarde del 29 de marzo de 1985. El primero en caer fue Eduardo, muriendo en forma instantánea, producto de una bala disparada por Carabineros de la Tenencia Alessandri, la cual estaba a cargo del Teniente Luis Eduardo Crespo Zamorano. Rafael, de 18 años, es herido al intentar ayudar a su hermano, 2 años mayor que él. Luego, Carabineros esposaría, golpearía y arrastraría a Rafael al interior del furgón Z-955, asesinándolo de un disparo en la nuca, para después colocar su cuerpo junto al de su hermano. La patrulla estaba compuesta por los Carabineros Alex Vicente Ambler Hinojosa, Marcelo Muñoz Cifuentes, Francisco Toledo Puente y Jorge Marín Jiménez.



Esa misma noche, siguiendo la ofensiva en contra de los luchadores sociales, la CNI asesinaría a Paulina Aguirre en el sector del Arrayán, y al día siguiente Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino serían degollados por Carabineros...



La prensa oficial, leal al Régimen, no dudó nunca a la hora de defender el accionar de las fuerzas represivas, así como no dudó nunca en desprestigiar a aquellos que luchando dieron sus vidas por lo que consideraban justo. Los diarios publicaron sin ninguna vergüenza falsas informaciones que trataban de justificar lo injustificable, informaciones imprecisas que se contradecían abiertamente.


La versión oficial habló de un enfrentamiento, cosa que el 30 de marzo se pudo leer en titulares como “Dos antisociales mueren al enfrentar a Carabineros” (La nación), “Dos muertos en operativo policial” (Las Últimas Noticias), “Dos muertos en Enfrentamiento” (El Mercurio), “Baleo en Las Rejas: Un carabinero herido y dos delincuentes muertos” (La Cuarta) y “Dos delincuentes mueren en espectacular tiroteo con carabineros” (La Tercera).
Los medios de comunicación hablaron de un enfrentamiento, donde el cabo Marcelo Muñoz habría sido herido por “antisociales” armados. Según el proceso, en el lugar de los hechos se habrían encontrado las siguientes armas: en la mano de Eduardo Vergara un revolver marca Taurus, calibre 32, serie 812.370, con tres vainas percutadas y tres cartuchos. En su mochila, un revolver marca Famae, calibre 32, serie 21.376, con seis vainas percutadas. Rafael Vergara Toledo habría portado un revolver Smith and Wesson, calibre 38, con un cartucho sin percutar.
Sin embargo, esa noche del 29 de marzo, la noticia se espacio rápidamente: habían asesinado a Eduardo y Rafael Vergara...


2.-Eduardo y Rafael
Hijos de Manuel Vergara y Luisa Toledo, Eduardo y Rafael fueron 2 de las 8 personas que, según la oficialidad, murieron en “enfrentamientos” durante el año 1985. Estos falsos enfrentamientos eran asesinatos fríamente calculados, cuyos objetivos eran aterrorizar al país y desprestigiar a aquellos que combatían la dictadura tachándolos de “terroristas”, “extremistas”, “antisociales” o simplemente “delincuentes”.


Estos crímenes se cometían impunemente contra personas que tenían un compromiso con su realidad, y que por lo tanto, eran un peligro para el Régimen.
Tanto Eduardo como Rafael eran conocidos en la Villa Francia por su trabajo en la comunidad.



La familia Vergara Toledo estuvo desde sus inicios involucrada en el Movimiento Obrero de Acción Católica. Hay que recordar que, tras el golpe, fueron desmantelados todos los centros comunitarios, siendo la iglesia una de las pocas instancias en las que la gente podía reunirse. En este periodo la familia Vergara Toledo se integra a la Comunidad Cristiana “Cristo Liberador”, donde, a pesar del miedo, denunciarían las violaciones a los Derechos Humanos, y aunque toda la familia participaría, Eduardo, tras sentir su compromiso con los explotados a partir de esta experiencia, se alejaría de la iglesia con el tiempo.


Es importante señalar que, a pesar de estar bajo el "alero de la Iglesia", desde el año 1982 la familia comienza a vivir la represión en forma directa. En febrero de ese año, Eduardo es detenido y golpeado por la policía durante los funerales de Tucapel Jiménez. El 15 de octubre de ese 1982 es detenido junto a una compañera por dos funcionarios de civil en su Universidad, donde es dirigente estudiantil, pero gracias a la intervención de otros estudiantes fueron dejados en libertad. En diciembre, es detenido durante una manifestación pacifica en la Plaza de Artesanos.


El 15 de diciembre de 1982, Rafael también es detenido durante una Marcha del Hambre. Rafael tenía 16 años.Después de estas detenciones, comienza un hostigamiento hacia la familia Vergara Toledo. Un ejemplo es el hecho de que debido a su desempeño como dirigente estudiantil, Eduardo es expulsado de la Universidad, siendo imposibilitado de terminar sus estudios.


El 13 de Septiembre de 1983 Rafael es herido por una bomba lacrimógena cuando acompañaba los funerales del poblador Miguel Zabala, de La Victoria, asesinado durante una jornada de movilización popular. A fines de septiembre, Rafael es expulsado del Liceo de Aplicación, junto a Fernando Delgado, debido a su participación como dirigente estudiantil.


El 18 de Marzo de 1984, cuando la familia llegaba a su hogar, se encuentran con su casa siendo allanada por Fuerzas Especiales de Carabineros, los cuales saquean el inmueble. En el diario La Nación se les acusa de pertenecer al movimiento “Lautaro”, como justificación del allanamiento.



Después de este hecho, la situación de vuelve mas tensa, teniendo como consecuencias nuevos allanamientos y detenciones arbitrarias.


El 12 de abril de ese año Rafael es nuevamente detenido, siendo torturado. Después es expulsado del liceo A-71, donde estudiaba.

En agosto es allanada nuevamente la casa de los Vergara, siendo detenido Pablo, el mayor de los hermanos, siendo interrogado y torturado por carabineros y la CNI. Eduardo ya militaba en el MIR, y dada su imposibilidad de terminar sus estudios, se dedica al trabajo poblacional en el sector. Su compromiso es con el pueblo explotado. Un día Rafael llama a su hogar, y anuncia que quiere unirse a las milicias, ya que, como dice a sus padres "...Yo creo que no hay otra solución".

En una carta escrita a sus padres, Rafael dice "...Ahora en estos momentos, en mi corazón hay una gran amargura y un profundo dolor, pues uno se da cuenta que el Pueblo no está preparado para recibir el amor y la confianza del militante, del hombre revolucionario. Porque el hombre, la mujer, el joven revolucionario no tienen espacios en esta sociedad, porque no se puede demostrar el amor en plenitud, porque estamos limitados a dar solamente una pequeña parte de nuestro amor y todo lo demás tan puro y sincero, lo tenemos que volcar en la lucha popular...".En la fiesta de año nuevo de 1985 sería la última vez que la familia se reuniría...



3.-El crimen institucional
"¡El día 29 del mes de marzo nos han asesinado a nuestros hijos!¡Qué tremendamente duro es enfrentarse a la muerte de un ser amado, más aún si se trata de carne de nuestra carne, vida palpitante de nuestro ser como son los hijos! ¡Cómo estamos sufriendo! Eduardo y Rafael amaban la vida, como todos los jóvenes la aman, ellos amaban la alegría y la paz; ellos querían estudiar... pero jamás a costa de la miseria, de la ignorancia y de la angustia de una gran mayoría de seres humanos, hermanos nuestros. (...)


Nuestros hijos eligieron el camino más difícil, el de la solidaridad comprometida con nuestro pueblo. Solidaridad que los llevó a dejarlo todo, a no tener nada, ni bienes materiales, ni seguridades, ni comodidades. Tan grande fue su amor por los demás, tan grande su deseo de una sociedad sin poderosos, sin privilegiados, que ofrecieron su vida misma, su preciosa vida por conseguirlo.


Durante estos últimos años han muerto muchos chilenos, especialmente jóvenes ¿qué estamos esperando? ¿que muera tu hijo, o el hijo del vecino?. Ante esta dramática realidad de muerte en que se nos ha sumido con asesinatos en las calles de nuestro país, con cementerios clandestinos con desaparecidos, con casas de tortura diseminadas por todas partes, con escuadrones de la muerte; mentiras y miserias por doquier, llenando nuestros corazones de miedo. ¿Cuánta responsabilidad cae también sobre nuestros hombros, sobre nuestras conciencias? ..."

Esa es parte de la carta que escribieron Manuel y Luisa a sus amigos y a las organizaciones populares, sindicales y políticas.

Según cuenta el sacerdote Roberto Bolton en su texto titulado EN LA MEMORIA HISTORICA DE LOS OPRIMIDOS, “El funeral del día 31; el traslado de los restos en hombros de sus compañeros, desde Villa Francia hasta la Iglesia de Jesús Obrero; la eucaristía que allí se concelebró por decenas de sacerdotes en medio de una muchedumbre que el vasto templo no pudo contener; la marcha, después, al cementerio entre banderas, aclamaciones, consignas y cantos, fueron actos que revistieron una mezcla de fe pública religiosa y de combatividad vibrante no vistas antes en Chile”.
La historia oficial expuso la mentira de un “enfrentamiento”, lo que la prensa asumió como cierto sin cuestionar nada...


"Creyeron que te mataban a la orden de fuegocreyeron que te enterrabanpero lo que hacían era enterrar una semilla"Ernesto Cardenal


Ahora, ¿por qué asesinar de manera tan abierta y descarada a estos jóvenes luchadores? Nuevamente el poder cimenta sus privilegios con la estrategia del miedo. Los Hermanos Vergara eran reconocidos, queridos, en su barrio, en sus lugares de estudio, en sus organizaciones. Fueron perseguidos y asesinados buscando que sus muertes lograran en algo frenar, a través de la duda o el temor, a todos y todas los que, desde diferentes frentes, buscaban la caída de la Dictadura. Sin embargo, y como suele ocurrir aunque el poder no se de cuenta, estos intentos casi siempre, a pesar del asombro inicial, logran el efecto contrario, ya que muestran con mayor claridad las contradicciones del poder mismo, su propio miedo, sus propias flaquezas. Y así, Eduardo y Rafael pasaron a simbolizar la rebeldía de la juventud, que nació bajo el manto negro de la Dictadura soportando el hastío y la falta de oportunidades; las privatizaciones y la discriminación; la represión y la tortura; la muerte. Y que frente a todo eso, y a pesar de todo eso, apostaba por algo diferente, para tod@s.



"No quieren que lloremos, quieren que construyamosese mundo nuevo por el que a ellos los mataron"("Están entre nosotros", Malgobierno)


Pasaron pocos años y la Dictadura decidió irse para la casa. Después de un buen acuerdo con la clase política que aún maneja el poder, la llegada de la "Democracia" recubrió de pintura blanca las heridas del pasado tal como lo hizo con las balas de la Moneda. La política volvió a enrielarse en los famosos "Cauces institucionales" y la clase política civil -ayer perseguida y hoy sentada a la derecha del padre- dio vuelta su cara del pueblo que tanto luchó, les dio las gracias de mala gana y los mandó a todos de vuelta a sus casas: la tarea había terminado, Pinochet ya no figuraba en las fotos oficiales, volvíamos a ser el Chile "de siempre". No tardó mucho tiempo para que nos diéramos cuenta del engaño... de que en el fondo a los nuevos dueños del poder la lucha diaria de tod@s l@s que le pusieron el cuerpo a la Dictadura había servido solo para que hubiese un cambio de nombre en la Nómina de los poderosos, pero las desigualdades, el hastío, las privatizaciones, la represión, la tortura y la muerte seguían, aunque de una forma más maquillada, siendo pan de cada día, al igual que en la etapa pinochetista. Por eso no extrañó que a las cárceles ingresaran nuevos "presos políticos", que los grupos armados que enfrentaran a la Dictadura pasasen a ser nuevamente considerados "terroristas", que todo intento de manifestación de descontento fuese reprimida, etc, etc, etc. La democracia sólo era nominal y los que ayer desafiaran a la Dictadura con el dedo erguido en una pantallita de televisión (léase el "socialista" Ricardo Lagos), hoy, desde los sillones del poder, volvían a condenar a los que ayer apoyaran, aunque de lejitos...


En este panorama, ser joven y combatiente volvió a ser delito. Y por eso, año tras año, frente a la soberbia de los que insisten a través de grandes cifras macroeconómicas de convencernos de que cada día el país sigue la senda dorada del desarrollo (algo muy parecido a la campaña pinochetista del "Vamos bien, mañana mejor"), el grito de rebeldía se volvió a sentir...


Pero, en este marco, ¿qué significa hoy en día ser un "Joven Combatiente"? Aquí ya nos metemos en terreno fértil, pero complicado. Porque lo que busca el poder es que en si las palabras joven y combate se disocien. Muy diferente a los tiempos en que se nos decía que "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción casi biológica" (como dijera el Chicho Allende).

Y por otro lado, se intenta que la palabra "combate" se asocie necesariamente a enfrentamiento violento, a lucha "casi" armada. Claro, porque de esta forma, a través de la campaña publicitaria de esta democracia donde en teoría los problemas se resuelven a través de un votito cada cuatro o seis años y todo otra forma de manifestación es "anti-democrática", el poder apuesta a que las imágenes de cada año donde sólo se muestran los enfrentamientos con las fuerzas represivas, logren menor aceptación por parte de la masa votante, de la tele-audiencia, del común de la gente... cosa que en sí misma ponemos en duda, pero de la que no estamos totalmente seguros. Por otro lado, el poder busca que la juventud asocie también estas cosas de modo de mantener el nivel del conflicto en enfrentamientos violentos entre esta juventud y los perros guardianes del poder, su carne de cañón: carabineros, mientras los que los mandan y mantienen ven el espectáculo desde la comodidad de sus empresas o gabinetes.

"Porque él regala su vida / ellos le quieren dar muerte"("Zamba del Ché", Víctor Jara)
Pero la clave está en eso, en que no se es joven combatiente por un 29 de Marzo exclusivamente y que el combate no sólo tiene que ser en la forma del enfrentamiento violento. Es cierto que la conmemoración de nuestra gente es una ceremonia, un espacio de encuentro, reflexión, memoria y lucha necesaria, pero el ejemplo de los Hermanos Vergara crece en simbolismo por la dimensión humana que ellos en sí representaban que no es solamente la del Joven Guerrillero, sino la del Hombre Nuevo, tal como lo planteara hace ya varios años el Ché Guevara. Los Hermanos Vergara son el ejemplo por su capacidad de ser hombres completos, que trabajaban con la gente de su barrio, organizándose con otras poblaciones, con grupos de niños, en sus centros de estudios, que intentaban llevar la utopía dentro de sus casas, con sus familias, amigos.

Que no dudaban en darse, sea reparando casas en un Trabajo Voluntario o empuñando un arma para defender a su gente de la barbarie pinochetista. La dictadura puso sus ojos en ellos por eso mismo, porque para mantener esta situación de opresión se necesita seres dispersos, individualistas. No el tipo de personas que regala su vida sin importar su propia muerte, lo que hoy los zapatistas bautizaron como el "Para todos todo, nada para nosotros".


"Como ves mi guitarra no dispara / pero sé donde apunto aunque no veas la bala". Kortatu

Pero ojo, esto no es caridad cristiana, no somos franciscanos. A lo que vamos es que la mejor forma de homenajear el ejemplo de los caídos que nos honran es saber apuntar al enemigo desde el frente exacto desde donde estás parado. La juventud suele ser una etapa donde el tiempo está a nuestro favor, el asunto está en como aprovecharlo. Desde tu casa, tu familia, tu pareja, tus amigos, tus compañeros, con relaciones horizontales, no autoritarias, eliminando el machismo.

Siendo críticos con la realidad. En tus lugares de estudio, de trabajo, organizando frente a los problemas comunes soluciones colectivas. En la calle, manifestando tu descontento, proponiendo cosas nuevas. En tu barrio, recuperando los espacios que son de tod@s y que el poder intenta privatizar. En tus organizaciones, con propaganda, boicot, acción directa. Estudiando el pasado, para comprender el presente y tomarse el futuro. El asunto va más allá del lugar, el problema está en la forma. Tú mejor que nadie sabes cuál es tu frente, cuál es el enemigo y cuáles son tus armas. Lo importante es que cada una de tus acciones contengan el germen del mundo nuevo que es socialista y sobre todo libertario. Así, la llegada de cada 29 de Marzo no será solo la rabia contenida lo que aflore sino un día para recordar y reconocernos sabiendo que la construcción del mundo nuevo ya está en marcha. Porque, como decía alguien por ahí, el sueño se hace a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes...


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